domingo, 31 de mayo de 2009

Espacio publico, ¿una muerte anunciada?.

Por: Marcela Vélez Quiroz

Cuando el enfrentamiento entre el peatón y el automóvil se convierte en algo cotidiano con
la habitual derrota del primero; cuando los parques se cercan o son ocupados por
particulares, autoridades o algunos “vecinos”, cuando las políticas publicas no logran
consenso en las propuestas de espacio publico; entonces hay evidencias para asegurar que
algo valioso no funciona y lo estamos perdiendo.
Pocas veces en el pasado reciente de nuestra ciudad, los temas relacionados con el espacio
publico han sido tan recurrentes en periódicos, noticieros y conversaciones cotidianas. Notas
tanto para señalar los desaciertos de las políticas publicas, abusos y complicidad de la
iniciativa privada; como para cubrir las continuas protestas ciudadanas que ante la debilidad
de la propuesta “oficial”, terminan echando abajo intentos buenos y malos por igual.
Acciones que muchas veces son mas una prueba de fuerza (política, social, de intereses ) bajo
el principio de la desconfianza que una revisión objetiva (técnica y social) para el beneficio
ciudadano.
Convencidos de que el espacio publico lejos de convertirse en el sitio de las controversias
puede convertirse en el de las coincidencias, sin dejar a un lado lo importante de las
diferencias en el marco de la democracia y de la ciudad; es que resulta fundamental hablar del
espacio publico y del ciudadano para entender y mejorar la ciudad. Jürgen Habermas (1)
señala que el espacio publico se da cuando individuos con uso de razón se reúnen en una
esfera publica –controlada por la autoridad- y pueden expresarse contra el Estado. Al hacer
publica su expresión a través de los medios de comunicación y la publicidad se genera
opinión publica.
Keller Easterling, arquitecta e historiadora de NY invitada este 26 de octubre al Foro
Internacional de Arquitectura COM:PLOT, (www.infotectura.org/complot), plantea en su
texto Zone (abril 2007) que una de las características de las “Ciudades Corporativas” es lo
que ella denomina: Extrastatecraft y se refiere a una planeacion surgida a partir de una
complicidad con la política y los grandes intereses, haciendo de esta un mecanismo de control
que bajo el pretexto de la seguridad –adiós al espacio publico- busca una erradicación total de
movimientos de resistencia y organizaciones socio-políticas de oposición . Cita ejemplos
como Abu Dhabi y Dubai para explicar los prototipos del nuevo urbanismo “comercial” que
obedece a los ideales de mercado y que se distancian de las aspiraciones y deseos de ciudades
como Guadalajara, pero que en los hechos urbanos, resultan muy similares.
Como contra propuesta a esos casos hay ejemplos notables; lo que actualmente sucede en
Medellín sirve para demostrar como la nueva ciudad se puede volver a construir desde el
espacio publico “Medellín se ha trasformado. La política hacia el urbanismo social, liderada
por un alcalde independiente, ha convertido un territorio de sicarios y sede del famoso cartel
de la droga en una ciudad ejemplar. Cuatro años han bastado para un cambio radical que
trasformo una conurbación de guetos en una ciudad de todos, sacando a la calle a una
sociedad que ha vivido oculta en sus casas durante años a causa del miedo.” (2) La
recuperación de la ciudad se ha logrado a partir del espacio publico, una serie de
acciones y proyectos con principios muy claros, asesoría técnica, buena información y
una adecuada política de gestión social, son una muestra de lo que se puede hacer.
Alejandro Echeverri ha dirigido el proyecto urbano de esta transformación y ha sido invitado
también al Foro COM:PLOT para ampliar esta experiencia.
No podemos seguir ignorando la fuerza y necesidad del binomio espacio y opinión publica,
que ahora se reduce -en el caso del primero-, a sitios cada vez mas olvidados que no
evolucionan y en el caso del segundo, a intentos ciudadanos aislados, marcados por la
desconfianza y desinformacion. Asumir el espacio de consumo (mall) como sinónimo del
espacio publico aunado a los inadecuados sistemas de movilidad que solo consideran al
automóvil, esta acabando con la ciudad.
Tenemos claro que el espacio publico -en su sentido y alcances mas amplio-s, puede ser la
gran diferencia entre la ciudad que resulte y la que podemos y queremos ser.
Autor: Alfredo Hidalgo Rasmussen

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