domingo, 7 de junio de 2009

La transformación de Medellín, urbanismo social 2004 - 2007

Por: Marcela Vélez Quiroz

“La transformación de Medellín, Urbanismo social, 2004 - 2007″, a cargo de los arquitectos Natalia Castaño Cárdenas y Juan Sebastián Bustamante Fernández.




Explican los conferencistas:
“Entre 2004 y 2007 construimos un modelo de ciudad con resultados concretos. Le apostamos a una ciudad educada, con la construcción de grandes equipamientos. Una ciudad para el encuentro ciudadano, “del encerramiento al encuentro”, con nuevos escenarios y espacios públicos de calidad para todos. Una ciudad que a través de sus políticas urbanas, inició el camino para recuperar la paz y la equidad, haciendo Proyectos Urbanos Integrales en las zonas mas pobres y violentas, donde las obras de arquitectura y urbanismo van de la mano con cambios sociales y culturales profundos en las comunidades.

Los Proyectos Medellín 2004-2007, han sido identificados y priorizados de acuerdo con los siguientes objetivos:
• Los indicadores de Desarrollo Humano y Calidad de Vida orientan la inversión pública.
• El Espacio Público y el Edificio Público en el marco de la educación y la cultura, como los nuevos lugares de encuentro y convivencia.
• Proyectos Urbanos que integran de forma simultánea, los componentes físicos, culturales y sociales.
• Se avanza del plan general al proyecto urbano-arquitectónico, con presupuesto, etapas y tiempos definidos.
• El Sistema Integrado de Transporte Metropolitano como ordenador de la movilidad de la ciudad.
• Medellín la más educada como una decisión política. La educación y la cultura entendidas en un sentido amplio como idea rectora, que orienta los diferentes programas y proyectos.

Programa de Parques Bibliotecas y Equipamientos Educativos para dignificar los barrios
Dignificar los barrios con los Proyectos de Parques Biblioteca, Colegios de Calidad, Museos; grandes edificios públicos que buscan el fortalecimiento de las centralidades de los barrios donde hay ausencias de estos servicios. Buscamos dar una cobertura completa en la ciudad con centros integrales de actividades en torno a la educación, la cultura, el deporte y la recreación.

5 Parques biblioteca, 10 nuevos colegios de calidad, adecuación de 132 colegios, Museo de Ciencia y Tecnología Parque Explora, mejoramiento del Jardín Botánico y Parque Norte, ludotecas, Centros de Desarrollo Empresarial Zonal CEDEZOS, entre otros.

Proyectos Urbanos Integrales –PUI- contra la exclusión y la desigualdad
Proyectos Urbanos que incorporan todos los elementos del desarrollo de forma planeada y simultánea en un territorio definido. Se hacen con la activa participación de la comunidad. Se localiza la inversión en barrios de origen marginal con problemas profundos de desigualdad y violencia:

• Proyecto urbano Integral- PUI- Nor Oriental
• PUI Comuna 13
• Intervención Integral de Moravia.

Vivienda Social para poblaciones en zonas de riesgo
La inversión pública en vivienda se orienta a las poblaciones de menores ingresos en situaciones críticas de habitabilidad y riesgo. Se busca dar soluciones de vivienda a comunidades localizadas en zonas de riesgo con problemas históricos, teniendo también como objetivo el ordenamiento territorial.

El proyecto de Vivienda en la Quebrada Juan Bobo como modelo, el plan de Reubicación en el antiguo basurero de Moravia, La Ciudadela Nuevo Occidente como suelo de expansión urbana entre otros.

Plan de Paseos, Calles Emblemáticas Y Parques Lineales, “Conectar la ciudad”.
Se busca recuperar la calidad urbana en las calles, Paseos y Parques Lineales de la ciudad y los barrios. “La ciudad para las personas”. Los proyectos incorporan de forma simultánea el espacio público, la movilidad con prioridad en el transporte público y la cultura urbana con la participación ciudadana. Buscamos que la ciudad tenga una red de calles y paseos para que las personas se encuentren y se desplacen a través de espacios de calidad.

El Paseo de Carabobo, El Paseo de Andalucía, El Paseo de la 45, El Paseo de la Avenida del Poblado, La Avenida de San Juan, La Avenida Oriental, El Sistema Metroplus-Metrocable, El Parque lineal de la Presidenta, El Parque Lineal de la Bermejala, El Parque Lineal de la Herrera, entre otros.”
CV conferencistas:

Natalia Castaño Cárdenas (Medellín, 1980) Arquitecta. Facultad de Arquitectura, Universidad Nacional de Colombia (UNAL), Medellín (2004). Colaboró en diversas investigaciones entre 1999 y 2004 para el grupo Patrimonio y Cultura de la UNAL. Profesora colaboradora en la Universidad Santo Tomas (UST) de Medellín, en 2007 en el curso .

Juan Sebastián Bustamante Fernández (Medellín, 1979) arquitecto, fac. de arq. Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) de Medellín, 2002. Hizo parte del grupo de investigación “Grupo de Estudios Teóricos”. 2001 – 2006 en la UPB en Medellín donde adelantó la investigación “Posibilidades del Paisaje Latinoamericano,” que fue presentada en el seminario-workshop en Córdoba, Argentina y varias universidades de Medellín. profesor en la UPB de Medellín desde 2002 hasta 2006 en el curso y en la Universidad Santo Tomas (UST) de Medellín en 2007 en el curso .

Ambos trabajaron durante 2004-2007 en la Empresa de Desarrollo Urbano (E.D.U.), Empresa del Municipio de Medellín, para el desarrollo de los Proyectos Urbanos Estratégicos, coordinados por el arquitecto urbanista Alejandro Echeverri dentro del plan “Medellín la más educada” de la alcaldía de Sergio Fajardo Valderrama durante el periodo 2004- 2007.

Con el ánimo de hacer un viaje de estudio sobre el contexto sudamericano e intercambiar experiencias sobre las ciudades, durantel 2008 realizaron la primera parte de un recorrido desde Medellín hasta Buenos Aires por tierra pasando por Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina, donde además realizaron la exposición “La transformación de Medellín, Urbanismo Social 2004-2007” y trabajaron en Quito con la Fundación Ciclópolis, en Portoviejo (Ecuador) contratados por Cooperación Internacional Belga como apoyo técnico al Municipio y en Lima en el desarrollo del Proyecto de espacio público “Paseo de la Cultura FITECA” para el Distrito de Comas, aplicando algunos conceptos trabajados en Medellín.

Profesores invitados en la Universidad Católica de Quito, Azogues, Lima y la Universidad Nacional de Ingeniería de Lima, donde realizaron el taller Internacional Lima-Medellín y en la Universidad Nacional del Centro del Perú de Huancayo, entre otras, en el primer encuentro internacional .

Actualmente realizan la Maestría “Paisaje Medio Ambiente y Ciudad” en la FAU de La Plata (UNLP).

ESPACIO PÚBLICO Y CALIDAD DE VIDA


Por:YAMIDT DE JESUS TAMAYO POSADA

En la organización espacial de los asentamientos humanos se encuentran diversos modos de distinguir unos ámbitos de uso común y otros de uso reservado o privado. Esta pauta, que posee una dimensión casi universal, se particulariza en la cantidad y calidad del espacio público de cada asentamiento en relación con el tamaño de la población y con sus códigos culturales. Es difícil imaginar un asentamiento humano en el cual no exista una noción de espacio común la que concretiza el sentido de lo «público» arraigado en su comunidad. En ese sentido define cuantitativamente aquello que ha de configurar el territorio de todos y el de cada uno de los ciudadanos.

El estudio de la historia permite apreciar la evolución de ese sentido de lo público en diversos contextos culturales, desde las nociones más sencillas que se encuentran en los asentamientos primarios hasta las complejas estructuras de las grandes ciudades contemporáneas. La herencia de la ciudad colonial colombiana es un ejemplo especialmente interesante de apreciar. El acto de fundación de un asentamiento se entendió como la determinación de una estructura en la cual estaban claramente definidos los espacios públicos y las parcelas que podían ser repartidas entre los habitantes. El dominio público tenía su centro en la «plaza mayor», circundada por las edificaciones más importantes del lugar. La red de calles, rigurosamente ordenada en una malla cuadriculada se prolongaba en los senderos y caminos que comunicaban el asentamiento a la gran red poblada. Frente a las iglesias conventuales se reservaba una plazoleta que servía como «atrio», para los eventos religiosos. los «ejidos», eran reservas de tierra de uso común, localizadas fuera del tejido urbanizado. En ellos se contaba con bosques para leña, lugares para el sacrificio de ganado, dehesas y otros bienes comunes. El espacio privado se delimitó con el muro casi hermético de la fachada y se desarrolló en los predios individuales dispuestos en el interior de las manzanas. La claridad en la delimitación de lo público se correspondía con igual claridad en la definición de los diversos recintos del mundo privado y, entre ellos, de los diferentes umbrales y espacios de transición.

La tradición cultural implantada en Colombia por España se impuso en todo el territorio colonizado, se prolongó con algunas variaciones en las tradiciones urbanizadoras decimonónicas y sobrevivió casi hasta mediados del presente siglo, cuando las pautas de modernización sustituyeron pero no necesariamente la superaron en cuanto a calidad de los asentamientos se refiere. Las formas modernas de urbanización, basadas por una parte en principios funcionales y por otra en principios cambiantes de la especulación inmobiliaria, han trabajado el espacio público como aquel residuo que queda después de delimitar el espacio rentable de uso privado. Estas formas pragmáticas de delimitación territorial han conducido en forma acelerada hacia una degradación no sólo del espacio físico sino de la valoración y respeto por el sentido mismo de lo público. El modelo urbanizador difundido desde las grandes ciudades, contagia a las ciudades menores y a los pueblos. En estos, donde la tradición ha perdurado, la irrupción de estos modelos no sólo produce periferias anómalas y descuidadas sino que contribuye al deterioro del espacio público patrimonial, heredado del pasado.

Las leyes colombianas son bastante explícitas en cuanto a espacio público se refiere. El artículo 82 de la Nueva Constitución dice textualmente: «Es deber del Estado velar por la protección de la integridad del espacio público y por su destinación al uso común, el cual prevalece sobre el interés particular. Las entidades públicas participarán en la plusvalía que genere su acción urbanística y regularán la utilización del suelo y del espacio aéreo urbano en defensa del interés común.» La misma Constitución delega en los Concejos municipales la reglamentación de los usos del suelo y el control de las actividades relacionadas con la construcción de inmuebles destinados a vivienda. La Ley de la Reforma Urbana, el Código de Régimen Municipal y el Código de Recursos Naturales por su parte incluyen normas bastante precisas, tendientes a la conservación y mejoramiento de la calidad de vida en las poblaciones a través de la provisión, mantenimiento y adecuación del espacio público. Estas disposiciones enfatizan la importancia de la participación de las administraciones municipales en la búsqueda de mecanismos para mejorar la calidad de vida en sus territorios y asentamientos, tomando en cuenta el papel determinante que asume en esa búsqueda el espacio común. Con un aparato legal como éste, el espacio público en la ciudad colombiana debería tender a un mejoramiento. Si esto no sucede, se advierte negligencia de parte de las autoridades y entidades responsables.

La acción ciudadana tiene también un papel significativo en este asunto, en cuanto ha sustituído o complementado la acción del Estado en la construcción, mejoramiento y mantenimiento del espacio público. Muchas comunidades han construido con su propio esfuerzo espacios para la recreación infantil y han logrado dar terminación y dotación a los espacios públicos de sus barrios y veredas, como parte de su gestión para elevar el nivel de su calidad de vida. El trabajo colectivo permite embellecer los espacios inmediatos a la vivienda y dar sentido a la vida en común. La veeduría ciudadana ha defendido espacios en peligro y actúa como la interventora de muchas obras realizadas en sus vecindarios. La ciudadanía es, finalmente, la beneficiaria o la víctima de la calidad de su espacio público. El entender el derecho a este bien y el defenderlo hace parte de ese largo proceso de «educación ciudadana» que lentamente se lleva a cabo en Colombia.

La subvaloración del sentido de lo público y el culto a lo privado propios del momento económico actual no se compadecen con criterios fundamentales de calidad de vida. Habitar una ciudad o un pueblo no consiste sólo en adquirir propiedad de un espacio privado. Sólo en una estructura adecuada de espacios públicos se encuentra el complemento indispensable del sentido individual del habitar. «La ciudad es una casa, la casa es una ciudad». En esta frase dicha por León Battista Alberti a fines del siglo XV, se encuentra claramente resumida la relación esencial entre los ámbitos privado y público. Y es en este sentido en el que debe pensarse y realizarse toda intervención destinada a mejorar la calidad de vida en el hábitat construído.

En el momento actual en el que las telecomunicaciones sitúan en el ámbito de lo privado aquello que antes era propio del dominio de lo público, surge la pregunta acerca de hasta dónde es importante seguir defendiendo el espacio público en la ciudad contemporánea. La disposición en el espacio doméstico de aparatos de comunicación, de información y de entretenimiento que hacen hoy hablar de la «telepolis», hace pensar en un futuro en el que los ciudadanos, cada vez más aislados físicamente, se conecten y comuniquen a través de esos medios. La ciudad del futuro, según esta mirada, ha de ser una red de comunicaciones y de realidades virtuales. Su espacio material perderá la función milenaria, se convertirá en algo para ser visto, pero no necesariamente transitado y menos aún disfrutado.

Pensar en esos términos es desconocer algo que es esencial en la ciudad, en cualquier época, y que puede denominarse la «experiencia urbana». La ciudad en tanto tal es y será un hecho arquitectónico formado por espacios y edificios cuyas formas, tamaños y articulación pueden variar a lo largo del tiempo. La experiencia espacial, la vivencia de los lugares, el sentirse parte de esa arquitectura son valores que la sociedad humana no puede arrojar por la borda sencillamente. Las comunicaciones cambian modos de vida, modos de aprender y comprender, incluso modos de pensar y crear. La ciudad como habitación construída ofrece experiencias que los medios no pueden sustituir.

Un buen modo de llegar al futuro es a partir de un presente aceptable. La situación actual de la ciudad colombiana no es satisfactoria , sus problemas son enormes y, en algunos casos como el de Bogotá, son difíciles de solucionar incluso en un largo plazo. Si se desea alcanzar una ciudad habitable en el mañana, debe procurarse la definición de una estructura física saludable para alojar una condición social en la que la violencia y los conflictos sociales y culturales del presente encuentren, si no una solución definitiva, al menos una alternativa más justa y digna. La preocupación actual por el incremento y el mejoramiento del espacio público urbano, en especial en los barrios populares, es apenas una parte de esa estructura posible y necesaria.

Hay ocasiones en que mirar al pasado retarda y obstaculiza la marcha hacia el futuro. Esto no parece ser totalmente válido en el campo del espacio público. Es posible mirar, con los ojos de hoy, los valores urbanos que dejó la historia y traerlos al presente en los nuevos trazados urbanos. Es posible también definir, con una mirada contemporánea, el sentido de lo público y abogar por el respeto que a veces se extravían en los meandros del utilitarismo y de la indiferencia. Y es necesario mirar el futuro no como una perversión del presente sino como la conquista de todo aquello que falta y la valoración de todo aquello que la humanidad ha acumulado como cierto. El Espacio público urbano es parte de ello.

Autor: Alberto Saldarriaga Roa

ARTICULO 1 PROCESO DE URBANIZACION

Por: Catalina Gaviria Orozco

El proceso de urbanización ha estado ligado tradicionalmente y desde buen principio, a las lacras y los peligros que supuestamente lo acompañan, aunque en definitiva esto no va a ser siempre así, ya que cómo sabemos se acabará asociando este proceso al orden y el bienestar. Sin embargo podríamos observar distintos matices que han adquirido tanto el proceso de urbanización como el concepto de ciudad. En primer término el proceso de urbanización ha sido esencial para el avance económico y unas condiciones de vida más óptimas y en segundo término la ciudad ha venido siendo atractivo para las nuevas tecnologías y ha sido foco irradiador de culturas.
Debemos considerar el fenómeno urbano como algo relativamente reciente, además el desarrollo urbano no es posible considerarlo desligado del desarrollo social al que está irremediablemente unido, así cómo también permanece unido al desarrollo económico que lo acompaña. En definitiva todo este proceso, reciente y abrumador, no se nos escapa a la hora de constatar que formamos partido, la sociedad, de este desarrollo vertiginoso, reflejo de la velocidad con la que se están moviendo las cosas a nuestro alrededor y que lejos de parecer dinámicos, estos procesos, aletargan nuestro grado de reacción e incrementan nuestra inconsciencia. Sin embargo todo no ha estado siempre así definido. No tenemos más que recurrir a las fuentes para saber que durante sus inicios la ciudad nace como la concreción espacial con cierta división del trabajo y estas, pese a su precocidad, no dejaban de estar acompañadas de un proceso urbano lento y en otras ocasiones, las ciudades, estaban sujetas a una inconsistencia que las hacía aparentar efímeras. Por tanto ya tenemos establecido el nacimiento del proceso urbano alrededor de la revolución neolítica, su primer desarrollo destacado ubicado en la consolidación alrededor del Mediterráneo, de las primeras civilizaciones urbanas que comprenden Grecia y posteriormente Roma. Un subsiguiente recaída durante los primeros siglos de la Edad Media seguida de una recuperación tanto en los últimos siglos de la Edad Oscura, como su definitivo impulso ya durante el Renacimiento. De todas formas, no podemos olvidar que paralelamente a occidente durante la Edad Media tanto en la escindida Bizancio como en el próspero Islam 2, lejos de conocer un proceso de regresión, las ciudades experimentaron un considerable florecimiento.
Pese a todo ello, es decir, tras los siglos y siglos de evolución y transformación social, una vez entrada la Edad Moderna 3, las ciudades europeas todavía conservan los rasgos por los que se habían venido caracterizando durante todos estos años, desde que surgió como paradigma junto a la historia. Sin embargo no dejaba de tratarse de unidades compactas donde sus ciudadanos gozaban de privilegios y donde revoloteaba el poder real y eclesiástico. En este sentido a partir del siglo XVIII la economía y la tecnología se encontraba preparada frente a unos cambios que se habían estado fraguando y que a partir de dicha fecha se verían colmados.
Sin embargo desde las ciudades griegas ya constituían importantes núcleos urbanos reducidos a modo de ciudades-estado con clara vocación comercial. Posteriormente El Imperio Romano y la subsiguiente romanización constituyeron un destacable proceso de urbanización cuyo principal objetivo estaba en el control militar, a partir de un núcleo de control, o bien aprovechaban los anteriores núcleos colonizadas, o bien los conformaban ex-novo. Sin embargo con la disolución definitiva de dicho imperio en occidente el proceso sufre un primer retroceso que por otro lado no se verá reflejado en sus homólogos de las regiones orientales y en definitiva no será hasta el siglo XI cuando las ciudades se verán reforzadas por la consolidación del sistema feudal. Por otro lado el proceso no se encuentra exento de otras crisis sucesivas, más concretamente durante los siglos XIV y primeros años del siglo XV, para recobrarse con la iniciativa de las primeras monarquías europeas, entrando ya en pleno Renacimiento, y su posterior expansión.
La ciudad de Londres constituye el paradigma de ciudad industrial por excelencia, a la que no podemos dejar de eludir dentro del contexto de la urbanización contemporánea, tanto por su carácter pionero en diferentes etapas, que van desde finales del XIX: la consolidación del sistema de fábricas, la comercialización de las máquinas para la industria textiles, la consolidación de los paisajes urbanos, la industria del acero y la construcción del ferrocarril, los grandes centros industriales y la irremediable concentración poblacional, en un fase temporal desde aproximadamente 1780 hasta 1870 con una subsiguiente fase a partir de dicha fecha. Destaca sobre todo la tercera fase del proceso urbanizador en el caso británico relacionada directamente con las innovaciones técnicas la organización de la producción industrial y su localización en un territorio en concreto. Sin embargo en el siglo XVIII prevalecía una concepción claramente influenciada por el movimiento ilustrado dónde predominaba ante todo la idea de felicidad humana, que se extendía a una ideología antiurbana con posiciones claramente reaccionarias. Estas desconfianzas pudieran verse posteriormente constatadas con la realidad insalubre de los núcleos de concentración urbana (las pestes, fiebre bubónica…) y el posterior desarrollo de los planes de urbanización. En este caso más próximo a nosotros se encontraría el famoso plan urbanístico de Ildefons Cerdá para la Ciutat Comtal. En definitiva El desarrollo urbano opta por la expansión de su entramado, prescindiendo de su enclave de murallas, la proliferación de grandes avenidas, la consecución de ensanches.
Sin embargo la expansión del entramado urbano venía previamente hostigada por la proliferación industrial, y las relaciones económicas y sociales. En este sentido las ciudades crecían de manera desigual y transitoria y la velocidad con todo lo que conlleva será tal vez la característica que mejor defina como se estaba desarrollando el proceso. Así el desarrollo de nuevas condiciones de trabajo, o de una manera de entender el trabajo de un modo más distanciado y científico, más calculado y eficaz sería la tendencia predominante. La manufactura industrial constituiría el germen por el que los hijos que se criaron en este contexto industrial conformarían con posterioridad los habitantes de la posterior ciudad moderna.
Sin embargo cuando nos referimos a la “Ciudad de Hoy” se encuentra bajo un nuevo proceso de desconcentración. Por motivaciones que se resumirían tanto por el cambio sufrido en la industria, el acceso a nuevas tecnologías y un desarrollo del sector terciario. Una organización en red con procesos productivos diferenciados una distribución más dispersa de la ubicación urbana en distintas áreas metropolitanas.
En las últimas décadas del pasado siglo se ha experimentado una fragmentación de los mercados de consumo, con diferentes tipos de consumidores, la fragmentación del anterior mercado de masas y las multiplicación y jerarquización de los estilos de vida, que vendría a caracterizar la era postindustrial.
Asistimos impasibles a la configuración de un panorama dónde toma acomodo la denominada “ciudad difusa” que comprendería un territorio más extenso. Lejos ya de un recinto delimitado. En este sentido podríamos destacar la situación de Barcelona, claro exponente de la densificación de la población constreñida dentro de las murallas, que constituían uno de los puntos más densificados de toda Europa y que su proceso de derroque es relativamente tardío. En este sentido el crecimiento de las ciudades era a modo de “mancha de aceite” Y la articulación de redes que relacionaban el espacio. También en Barcelona podemos ver el claro exponente de las rondas que seccionaban el espacio urbano. Prevalecería ante todo la mayor flexibilidad del proceso urbanístico y también se ha visto su desarrollo consecuencia directa de su avituallamiento de servicios y equipamientos necesarios. La tendencia a sistemas urbanísticos reticulares con una progresiva pérdida de jerarquización del espacio. En definitiva la apariencia de estas ciudades difusas, sin confines, en apariencia, se encuentran delimitados de alguna manera por divisorias sociales y funcionales, y en menor medida, políticas y administrativas. Existiría como consecuencia una tendencia a despejar el centro de las grandes urbes. La división de estos confines acabaría por imposibilitar la coordinación administrativa que la convertiría en menos pragmática y amenazaría las condiciones ecológicas necesarias para vivir.
En definitiva los lugares urbanos aparecen, más que nunca como lugares de intercambio, de personas, de bienes, de información y de ideas. Así el territorio urbano depende tanto de la configuración espacial y las nuevas formas de movilidad como de los gradientes de densidad en las diferentes áreas. En resumidas cuentas predomina la sobre-centralidad de las ciudades más importantes a la par que el proceso de desconcentración se estima necesario para asegurar la centralidad de las ciudades importantes.
La importancia creciente de las telecomunicaciones y las mejoras tanto en los sistemas como en las redes de transporte en el último tercio del siglo XX han caracterizado la evolución de las ciudades. Y no solamente las ciudades comprenden los tradicionales flujos de mercancías y bienes, sino también de personas, una tendencia que se estima como actualmente regularizada y consolidada.
Existe una tendencia hacia la dispersión de los tradicionales lugares de trabajo, de los centro de ocio, o del comercio, favorecido sin duda por los nuevos sistemas de comunicación y transporte. En este sentido prevalecen concepciones como la de residente, o commuter, así como, la metrópoli de segunda generación. En definitiva el modelo de habitante se habría diversificado y no en menor mesura sus diferentes situaciones… Población flotante, contingentes de población no permanente etc. Una población que habita geografías variables en ciudades de geometría variable.
Cabe no olvidarnos de los estudios urbanos asociados a los nuevos conceptos para una ciudad nueva. En previsión, tanto los inconvenientes de la concentración urbana, el acomodo de determinada tecnología que por otra parte, será necesaria, estimar como se va a producir la fragmentación de la estructura urbana y como se va a desarrollar el espacio físico necesario para posibilitar la habitabilidad. Concepciones como la ciudad dual o la ciudad cuarteada etc.
La realidad de las nuevas realidades territoriales emergentes, sin ningún tipo de representación, sin un imaginario propio dónde predomina un ideario o imaginario de urbanización basado en situaciones urbanas pasadas. La proliferación de binomios como centro-periferia o producción-reproducción hacen destacar las limitaciones de este análisis claramente excluyente e inapropiado.
La tendencia podría claramente resumirse, obviando ciertos aspectos, hacia una segregación de los grupos sociales, hacia una ciudad especializada y finalmente hacia una dispersión de la urbanización sobre el territorio. En definitiva cobra un papel de mayor relevancia la dotación del entorno territorial. Todo esto viene definido por un mayor auge logístico en las cercanías y la posibilidad de articular la comunicación del territorio. Todo esto conlleva la mejora en las condiciones de vida y la rehabilitación de los tejidos urbanos preexistentes. Todo ello con tal de garantizar la sostenibilidad ambiental vinculada a la cohesión social y al uso colectivo del territorio. Dentro de este aspecto destacaría la creación de parques rurales dentro de los términos municipales de las principales ciudades. En definitiva la posibilidad de garantizar y defender una política metropolitana y la exigencia de dotación de infraestructuras sobre todo en beneficio del bien ambiental y también si cabe, el derecho de todos los ciudadanos a una vivienda, la igualdad territorial y por otro lado una defensa de la diversificación social.
También, para acabar, el presente de la urbanización necesita un diseño, un planteamiento y una estrategia colectiva y además estas deben ser tanto sociales y económicas como ambientales y urbanísticas. En definitiva el panorama actual de las ciudades pasa por ser fiel reflejo de las actuales condiciones, las ciudades serán, más bien, mosaicos de parcelas social y funcionalmente especializadas. A la par que se convertirán, si no lo son ya, en inmanejables y conflictivos. Todo ello supone un verdadero reto para las generaciones futuras, un proyecto colectivo.

ARTICULO 2
Catalina Gaviria Orozco
Sobre la investigación y la creación.
El modo de actuar desde la arquitectura se caracteriza por la presencia de la invención y lo propositivo como aspectos intrínsecos al acto creativo. Esto se hace específico de estos y algunos pocos más estudios, mientras que en el resto predomina por lo general el carácter analítico que posibilita los aspectos de la investigación. Esto no es incompatible con que lo creativo tenga algo de investigación mediante el mayor conocimiento de la realidad, y que también la investigación suponga creación. Pero desde el planteamiento de la asignatura como investigación se pretende ampliar los cimientos de la formación con los que poder afrontar la práctica proyectual con un campo más amplio de mira. Para esto no hay métodos ni plantillas, hay que construir los instrumentos. Se trata de realizar una práctica intensa con una dotación teórica y mucho trabajo. Se persigue la creación de un corpus acumulativo para posteriores cursos o profesionales.
Sobre lo ajeno y lo desconocido.
El territorio como espacio físico relacionado con aspectos sociales supone sólo uno de los estratos que determinan ese territorio. Se propone trabajar tomando como referencia la distinción entre los conceptos de afuera y exterior, entre lo ajeno y lo desconocido. La práctica profesional, la tarea habitual del arquitecto constituye un avance hacia el futuro como doma de lo ajeno; sin embargo, lo de afuera es algo desconocido, es lo otro. Debe procurarse este acercamiento.
Sobre la sostenibilidad.
Se propone este acercamiento también desde y hacia la sostenibilidad y la temática medioambientalista, utilizando la historia desde un punto de vista puramente instrumental y científico. El territorio no se programa, se deshace y se vuelve a hacer. Se busca un territorio digno. La sostenibilidad es al momento actual como lo social fue a los años 20, un aspecto de compromiso profesional. Diferencia entre red y rizoma.