jueves, 16 de abril de 2009

“Café-Restaurante”







VICTORIA GARZON ESPITIA

El proyecto es un “Café-Restaurante” compuesto básicamente por dos plantas de base cuadrada; en la planta inferior se ubican las salas auxiliares que son la cocina, los cuartos de aseo y una zona de lavabos tanto para el personal como para los clientes, y un “salón de te”; y en la planta superior se ubican las oficinas administrativas, una bodega, la barra rápida con asientos fijos, dispuesta para los comensales con prisa, y el salón principal que es el restaurante. Las fachadas que dan hacia el parque y a la acera son en vidrio, para facilitar las entrada de la luz natural, pues las fachadas unidas a los medianeros son en concreto, También tiene en la planta inferior una terraza al aire libre que da acceso al parque para disfrutar del aire y la tranquilidad del sector. El parque es un lote amplio que tiene un sendero peatonal que lo recorre de extremo a extremo, unas zonas verdes amplias dispuestas para el buen uso y la comodidad de los habitantes del sector, y una pequeña plazoleta en la que se podrán llevar a cabo diferentes eventos de la comunidad. El proyecto esta ubicado en un sector residencial, con medianeros en el costado anterior y otro en el lateral, ambos destinados a la vivienda, por donde solo pasa una zona vial, pues las otras dos son peatonales, por lo que tiende a ser muy clásico y dar una apariencia de sencillez.

Esta ligado a la idea del proyecto grupal “Sendero”, por lo que la forma del parque pretende ser eso mismo, un sendero que da prioridad al aspecto peatonal, una ruta donde la fronda de los árboles hace incansables sombras chinescas con el sol, rematando en el restaurante, y cuando ya los pies no den para más, siempre habrá alguna mesa libre en la terraza del mismo, para un descansito y un refrigerio. Es un sitio destinado para la vida diaria de los habitantes del sector. Pretende brindar momentos de esparcimiento y comodidad, pues se puede habitar allí en cualquier momento del día, sea en la mañana o en la tarde, encontrando algún banco solitario que invita a reposar y a mirar con detenimiento a todos lados y a aguzar el oído escuchar los trinos de los pájaros.

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